La Campaña por el Cambio Energético ha puesto en jaque al sector privado de las energías no renovables en la República de Mauricio con el lanzamiento de una alternativa colaborativa que, mediante la energía solar, permitirá a los campesinos mejorar la producción agrícola local. Sus acciones no solo han frustrado los planes de apertura de una nueva central térmica de carbón, sino que han permitido aumentar los niveles de transparencia gubernamental y adquirir tierra para comenzar a producir energía solar en cuanto les den luz verde al proyecto.

Cuando el Gobierno de la República de Mauricio autorizó en secreto que la multinacional malasia CT Power inaugurara una nueva central térmica de carbón en 2013, las organizaciones sociales reaccionaron sacando a la luz todos los planes archivados y revelando los documentos confidenciales de las negociaciones mantenidas con las compañías privadas del sector energético. Y no solo eso: este movimiento social ha sido el artífice de que el Gobierno creara una Comisión Nacional de Auditoría Energética encargada de revisar las políticas energéticas de Mauricio y de definir objetivos de energía renovable más exigentes.

Al darse cuenta de que había que dar prioridad a las sólidas alternativas que existen a las energías no renovables, la Comisión creó el Colectivo de Energías Renovables (Renewable Energy Collective, KLR) y, junto con el Centro de Estudios e Investigaciones Alternativas (Centre for Alternative Research and Studies, CARES), lanzó la Campaña por el Cambio Energético, lo que a su vez, condujo a la creación de la Cooperativa Popular Coalición por las Energías Renovables (People’s Cooperative Renewable Energy Coalition).

La Cooperativa Popular, que recibe apoyos de jóvenes, sindicatos, movimientos sociales, del partido político progresista y los trabajadores del sector azucarero del país, lanzó un plan para abordar los problemas de abastecimiento de alimentos y energía que sufre el país de una sentada —mediante la instalación de paneles solares en las tierras de los trabajadores del sector azucarero en paro—, con el objetivo de generar energía renovable para producir alimentos en los invernaderos colindantes.

Ya se han firmado acuerdos con los cultivadores azucareros locales en paro para que instalen paneles solares en sus tierras cuando el KLR obtenga la licencia. La apuesta de la Cooperativa Popular por entrar en el mercado energético se ha visto postergada por la obstrucción de las multinacionales y los oligarcas, así como por la falta de voluntad del Gobierno para permitir la producción de energía solar, pero con todo ello, se han realizado avances muy significativos.

“El enfoque participativo y orientado a la búsqueda de soluciones de esta iniciativa va más allá del cabildeo a favor de la energía renovable para abordar la conservación del medio ambiente, la seguridad alimentaria, los medios de vida y la redistribución de los recursos y beneficios económicos.”
– Agnes Midi Keita, evaluadora de Ciudades Transformadoras

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