Los espacios infrautilizados en las ciudades se pueden transformar en huertos comunitarios y barriales para proporcionar alimentos locales, saludables y frescos. La iniciativa canadiense Grand River Food Forestry de la ciudad de Kitchener surgió cuando los voluntarios y voluntarias locales dieron un paso más y sugirieron crear un bosque de alimentos, donde se pudieran cultivar alimentos de forma gratuita en terrenos públicos de manera sostenible y de fácil mantenimiento.
Una vez que se establece un bosque de alimentos, requiere muy poco mantenimiento, lo que es un beneficio para quienes nunca han cultivado un huerto o tienen poco tiempo. Un par de horas a la semana compartidas entre 10 voluntarios facilitan el trabajo de gestión de un bosque de alimentos y reducen la carga administrativa de las autoridades de la ciudad. Como resultado, la ciudad de Kitchener decidió apoyar el proyecto y, en 2015, un equipo de voluntarios plantó el primer bosque de alimentos en Kitchener, lanzando lo que ahora se conoce como la iniciativa Grand River Food Forestry (GRFF).
Las asociaciones comunales y barriales, las escuelas, las iglesias, los hogares de personas mayores, etc. han sido fundamentales para hacer realidad la visión de la silvicultura alimentaria al proporcionar todo lo necesario, desde herramientas de jardinería hasta la promoción de eventos a través de las redes sociales.
GRFF ha liderado la conexión de la comunidad a través de la alimentación, y ha creado más de 7500 pies cuadrados (unos 2300 metros cuadrados) de bosques regenerativos de alimentos que brindan un espacio para la reflexión, la relajación, visitas educativas, hierbas medicinales, hábitats de vida silvestre, setos de polinizadores y capacitación en permacultura. Más de 500 habitantes han construido estos sitios y ahora se encargan de mantenerlos. Desde las etapas iniciales de planificación, se han creado conexiones entre vecinos y vecinas de diferentes edades, contextos culturales y étnicos, a través del objetivo común de cultivar y acceder a una alimentación saludable.
Estos 16 espacios forestales urbanos de alimentos se encuentran a poca distancia de más de 8000 habitantes, y ofrecen acceso a alimentos saludables sin plaguicidas y educación sobre el cultivo de tierras de manera ecológicamente racional. Cuando maduren, estos bosques de alimentos ayudarán a la economía a través de la propagación de arbustos de bayas, así como la recolección de alimentos anuales y perennes para su reventa. Esto empodera y conecta a las comunidades en pos de un futuro sostenible para las generaciones venideras.
"Es muy interesante la forma en que se ha organizado esta iniciativa, con una estrategia de difusión bien planificada y pensada, y un enfoque en los organismos juveniles, municipales y gubernamentales. También es inspiradora la simplicidad de la iniciativa. Se puede replicar en otras ciudades."
– Meena Menon
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O visita www.grandriverfoodforestry.com