Tras el desastre de Chernóbil, una iniciativa ciudadana surgida en Schönau, un pequeño pueblo de Alemania, dio pie a la producción de electricidad limpia. Cuando el operador oficial detuvo la iniciativa, la ciudadanía decidió adquirir su propia red eléctrica. En la actualidad, vende electricidad limpia a más de 170 000 hogares alemanes.
Cuando se liberalizó el mercado de suministro eléctrico alemán en 1998, la compañía Elektrizitätswerke Schönaue (EWS) aprovechó esa oportunidad para suministrar a los clientes de Schönau electricidad exclusivamente ‘verde’. Un año después, en 1999, el mercado de suministro eléctrico alemán se abrió a la iniciativa privada, permitiendo a EWS suministrar electricidad verde a los clientes de todo el país. En 2009, EWS se constituyó como cooperativa y, hoy en día, ya cuenta con más de 5000 socios. Hasta la fecha, un total de 170 000 usuarios en toda Alemania eligen a EWS como proveedor.
Ha sido una larga lucha llevada a cabo por una pequeña red ciudadana comprometida con la producción de energía limpia. En 1990, la compañía eléctrica oficial pidió al Ayuntamiento de Schönau que ampliara su contrato cuatro años antes, obligando a más de 280 residentes a agruparse y a presentar una contraoferta al Ayuntamiento. A pesar de todo ello, el pueblo firmó el contrato con la compañía oficial, ante lo cual, la ciudadanía convocó un referéndum para rescindir la decisión. En octubre de 1991, el resultado del referéndum salió favorable a su causa.
Los medios de comunicación difundieron la historia y bautizaron al grupo “los rebeldes de la electricidad”. Un grupo de expertos en energía de Alemania se ofrecieron a ayudarlos y, en 1994, se fundó la compañía Elektrizitätswerke Schönau GmbH (EWS) para gestionar su propia red eléctrica. Sin embargo, los opositores a esta iniciativa en el pueblo convocaron un segundo referéndum. Se lanzó una intensa campaña que en marzo de 1996 dio sus frutos, pues el referéndum volvió a dar la victoria a los “rebeldes”. En julio de 1997, EWS volvió a adquirir el control de la red eléctrica en Schönau, lo que permitió allanar el camino que le conduciría hasta convertirse en la brillante empresa que es hoy día.
“Los estrictos y continuos controles medioambientales que aplica EWS dan una idea de su sentido de la responsabilidad frente al entorno y las futuras generaciones.”
– Agnes Midi Keita, evaluadora de Ciudades Transformadoras
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